HISTORIA
Dentro del fascinante mundo de la Joyería, la familia Carrera figura como una de las más prestigiosas de este gremio. Uno de sus miembros, la empresa Pedro Carrera e Hijos, se estableció en Madrid, en el barrio de Chamartín, para ofrecer, con sus innovadores diseños y amplia selección de productos, una atención personalizada a sus clientes actuales y futuros, siempre siguiente con la tradición de la artesana joyera y adaptándose a las nuevas tecnologías dando, el mejor servicio posible.
Hacia el año 1885, Saturio Carrera Esteban se trasladó a Madrid desde su Guadalajara natal y abrió un pequeño taller de joyería, en un antiguo barrio de la capital donde comienza a trabajar, pronto ayudado por su hijo, José.
Años más tarde, José viaja a Paris para aprender el oficio de lapidario de piedras preciosas, y a su vuelta, crea un pequeño taller de lapidación donde enseña el oficio a sus sobrinos José, Saturio y Pedro Carrera, iniciando así una tradición que continua hasta nuestros días.
Con el paso del tiempo, Saturio y Pedro se trasladan a un local dentro de las galerías del famoso Rastro de Madrid.
Con el negocio en expansión, Pedro pasó a encargase del departamento comercial de la empresa de Saturio, lo que le dio la posibilidad de viajar por toda España y establecer relaciones con las mejores joyerías del país, despertando en él un gran interés por crear su propio negocio.
En los años 80, Pedro decide realizar su antiguo sueño, el de establecerse por su cuenta y en el 1985 inaugura junto con sus hijos Nacho y Pedro la primera joyería de prestigio del barrio de Chamartin bajo la firma de Pedro Carrera Joyeros.
Pese a unos duros principios, el negocio alcanzo un crecimiento notable, trabajando siempre con las mejores marcas tanto en joyería como en relojería, y es en el año 2004 cuando se realiza una modificación importante en el negocio tanto de reforma de local, cara al cliente, como de modernización de género y diseños, afianzando así la firma, Pedro Carrera Joyeros, hasta nuestros días.